Más que impresionarme por la calidad de la exposición La invención concreta: La Colección Patricia
Phelps de Cisneros, que acaba de inaugurarse en el Museo de Arte ReinaSofía de Madrid, me quedé pensando en las herramientas que ésta utiliza, como
medida de la evolución que ha tenido en el último lustro la investigación y enseñanza
de las artes plásticas.
En cuanto a curaduría, la muestra está muy por encima de
otras vistas esta temporada en la capital española. Esto quizá se deba a que se
afana en conceptualizar las relaciones entre las piezas presentadas y sus
momentos históricos, algo que por desgracia no se vio en Gauguin y el viaje a lo exótico que cerró el 13 de enero en el
Thyssen Bornemisza, donde los curadores ni mostraron nada nuevo sobre los
aportes de su estética Made in Tahiti ni
supieron responder a la pregunta hecha en el mismo recorrido sobre cómo los orígenes
peruanos del artista esculpieron la fascinación que lo marcó.
La invención concreta,
por su parte, es más bien un ejemplo de cómo la moda multimedia se impone
dentro de la cultura y de las posibilidades que ofrece para los interesados en
conocer mejor las artes plásticas, como estudiosos o como público en general.
Me refiero a esto porque la página web bilingüe de la exposición se puede leer su
sustento conceptual, ver las obras expuestas así como todos los textos de sala
e incluso puede hacerse un recorrido virtual. Para los que no van a poder verla
antes de que la retiren el 16 de septiembre, esto representa una ventaja porque
estarán bien enterados de todo lo que hay allí. Pero a los nostálgicos como yo
de las experiencias en persona quizá les quede una pregunta flotando en la
mente: ¿puede irse al museo sin salir de casa?