Del baúl de los recuerdos...
ANAMESA (2006)
Venezuelan Femininity
domingo, 9 de diciembre de 2012
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Pensando en Lorca...
Una España oscura de principios de siglo XX, la misma que aún no se ha borrado por completo, en donde la tradición Católica sustituía a la
razón condenó a al poeta granadino al ostracismo primero y luego a al
paredón. En su época, ser homosexual, más que un pecado era un
crimen. Igual que la tragedia de la truncada sexualidad de Adela en La casa de Bernarda Alba no levanta el grito
adolorido y angustiado de su madre, sino su silenciosa represión, la España de
García Lorca, su Madre Patria, le asesinó, sumariamente, la madrugada
del 19 de agosto de 1936. Ho hace 76 años y cinco días de esa grosera agresión.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Malos libros
A veces, cuando leo una mala novela o una colección de cuentos
intrascendente, y especialmente cuando la publicación está firmada por
una mujer, me pregunto: ¿y si yo escribiera así y no me he dado cuenta
aún? ¿Y si estoy condenada a escribir mal? Entonces soy tan dura con la
obra ajena como fuera con la propia. Cuando la prosa se hace insoportable me da
insomnio. ¿Y si estamos condenados a convertinros en nuestras
pesadillas? O peor... ¿a sufrirlas en vigilia?
domingo, 26 de agosto de 2012
El ADN Sentimental
Dice Andrés Barba: "Nuestra posición en una familia muestra nuestra posición en el mundo. La herencia de ciertas inquietudes o descalabros sentimentales de nuestros padres determina nuestra posibilidad de triunfar o fracasar sentimentalmente". Agrega luego que la mirada de la familia está sobre nosotros desde que estamos en el mundo y la describe como un "testigo judicativo" de todo lo que hacemos en la vida. Y a mi me parece que pocas personas han podido expresar tan certeramente lo mismo que yo pienso. Quizá sea por eso que Barba diga que le es más facil hablar dela sentimentalidad femenina que de la masculina.
martes, 21 de agosto de 2012
La Libreta de Abad y la mía
En la más reciente celebración de la Feria del Libro de Carabobo, que me parece que fue a finales de octubre del año pasado, Héctor Abad Faciolince perdió su libreta de anotaciones. Yo me la imaginé como una Moleskine negra, del tamaño de la palma de su mano extendida, con hojas blancas –es decir: sin líneas, porque me parece la pequeña letra de molde del autor de Medellín se mantiene derecha sin más indicaciones–. “Michelle, puedes creer que la boté: la dejé en un taxi, junto con unos libros. Los títulos ya los compraré, pero la libreta... ¡La libreta!”, me dijo. Y, de repente, aquellos ojos claros, enormes.
Yo, que lo
había esperado más de una hora para hacerle una entrevista –y no quiero que
esto se lea como reclamo, porque fue un placer–, lo miré haciéndome la
circunspecta y fui incapaz de hacer empatía con su desgracia. Es decir: Sí, me
daba pena, pero las palabras de Héctor me traspasaban sin herirme. Y eso que me
dijo varias veces que tenía sus anotaciones de los viajes que había hecho esas
semanas y de los últimos libros que había leído. Para tomar esas notas, ni que
volviera a viajar ni que leyera lo mismo.
Pero ahora
he perdido yo mi libreta. Sólo tenía allí anotadas tres ideas para cuentos,
unas notas para una entrevista con Ana Teresa Torres y un bosquejo del tema para
un libro que alguna vez me encantaría escribir.
Ahora, como
tampoco aparece mi pequeña libreta de una línea con la imagen del David de
Miguelángel en la portada. Me acuerdo de la cara de Héctor. ¿Será que la dejé
en un taxi? ¿De qué se trataban esas notas para cuentos? ¿De qué género era aquél
libro que quería escribir?
Y la
exclamación de Héctor en mi memoria: “¡La libreta!” Y yo, ahora, tan tarde que
sí aprendí a hacer empatía.
sábado, 18 de agosto de 2012
El precio de la fama periodística
Fareed Zakaria cayó en desgracia. Y volvió a levantarse. Así
opera el sistema de la fama televisiva, que trata por igual a Lady Gaga que a
uno de los periodistas más eruditos de la
TV estadounidense.
El conductor del programa bandera de CNN sobre asuntos de política internacional (GPS en CNN),
quien también posee una columna
en la revista Time (y es considerado Editor-at-Large de
esa revista o colaborador estrella) y columnista del Washington Post fue suspendido
de CNN y Time medios el viernes por tomar párrafos de un ensayo del New Yorker para su más reciente columna en
Time. Una versión de esa columna
sobre el control de armas fue publicada en el sitio de Internet de CNN. Zakaria
se disculpó, argumentando que había cometido un “terrible error”.
Los detractores del periodista Indo-Americano no tardaron en
aparecer. Según el Washington Post Zakaria
tampoco indicó en The
Post-American World (2008) que
había tomado una cita de otro libro. Pero el periódico pronto declaró que se había equivocado: dijo que tras una
inspección detallada, notó que Zakaria citó efectivamente a la fuente y que el
reportaje del Post no debió publicarse. “Lamentamos el error y nos disculpamos
con el señor Zakaria”, publicó.
Si bien recientemente, tanto CNN y Time levantaron la
sanción, la rapidez con la que los medios de la competencia condenaron al
periodista especializado en el análisis de la política internacional, queda en
evidencia que hasta los periodistas más eruditos están sometidos a la dictadura
de la popularidad.
CNN y Time señalaron haber revisado su decisión
del viernes y que llegaron a la conclusión de que el reciente fue un “lapsus”
periodístico” de Zakaria, piensan que fue un incidente aislado. GPS regresará
al aire el 26 de agosto y la columna de Zakaria en la Time
aparecerá en la revista del 7 de septiembre.
Creo que lo que le ocurrió a Zakaria debería ser una lección
para todos los periodistas de lo frágil que es la popularidad de los medios de
comunicación, en donde nadie, por desgracia, es imprescindible.
jueves, 16 de agosto de 2012
El peso de dulcificar la barbarie
Desde que la mujer apareció como tema literario en los
cantares de gesta del medioevo y –un poco después– en las novelas de caballería,
no se la vio sino como instrumento de “dulcificación”. ¿De qué otra cosa podría
burlarse, si no, Miguel de Cervantes con la díada Aldonza Lorenzo /
Dulcinea del Toboso?
Conforme la humanidad fue avanzando hacia el Siglo de las
Luces y los hombres se alejaron del salvaje arte de pelearse por sus reyes en
los bosques y comenzaron a discutir sobre “legalidad” y “derechos” en los
salones, la mujer se convirtió en la herramienta para civilizar a quien era
considerado el sexo fuerte –porque por cada débil hay un fuerte, de la misma
manera que por cada pobre hay un rico–. De eso se trata el amor gentil, de
buscar una mujer pura por esposa. Una
capaz de construir, desde el fuero íntimo del hogar, la necesidad del
refinamiento. Las cimientes del proyecto moderno están enterradas en el vientre
de la doncella.
Pero también por cada doncella hay su puta. La contraparte
de la hermosa joven casta es la bruja untosa y sucia en el plano mundano, la
misma que, en el plano mental, representaba la lujuria y los instintos
salvajes. La bruja, al mostrar las ansiedades de los hombres de su época, se
convierte en la representación más coherente de la visión de la mujer que
existía en aquella época constreñida en la cosmovisión católica, según la cual
estaba torcida, como la costilla de Adán de la cual nació (Esta idea de
“retorcimiento” vieme del libro El Martillo de Las Brujas (Malleus Malefic Arum), por medio del cual se persiguió y quemó a millones de
supuestas hechiceras a lo largo de los siglos.
Los cuentos de hadas con los que se van configurando las
mentalidades de las niñas desde mediados del siglo XIX reeditan constantemente
la dicotomía doncella/bruja, sin reparar en las ideas que realmente subyacen
sobre estas visiones de la mujer enfrentadas: la pura, convertida en
herramienta de socialización del hombre versus la convertida en “impura” por no
encajar en la sociedad construida por la racionalidad.
martes, 14 de agosto de 2012
Atropellar a un poeta.
Todas las mañanas siento que voy a arrollar a alguno. Obsesionada como
ando por la vida por el correr indetenible del tiempo, con las fechas de
entrega, con los horarios invertidos no hay un solo día de mi existencia en el
que no sienta que voy a derribar a un poeta para abrirme paso. No lo hago a propósito.
A veces imagino que hay uno, parado en la esquina de la primera avenida y la
primera trasversal, contemplando de lejos la cursi carajita de Wendy’s, con sus
crinejas rojas y su sonrisa anacrónica, preguntándose… algo. Como un bólido sin
carro, aparezco en la otra esquina, cartera en mano y zapatos nunca lo
suficiente altos, exhibiendo un ritmo al caminar que solo acelera, sino que no
cesa. Y, claro, paso precipitadamente exactamente sobre su pie derecho:
– Disculpe usted, diría, mientras el otro me mira con desdén.
Aquel observa mi apariencia pedestre de periodista da un suspiro corto y vuelve
a sumergirse en sus ideas de eternidad.
En honor a la verdad, tampoco me he llevado nuca por delante
a ningún poeta. Es solo que tengo miedo de hacerlo. Y es que la cotidianidad es
la manera menos evidente pero más certera de acabar con la contemplación.
martes, 1 de mayo de 2012
Mester Marcano
La década de los años noventa que tan árida fue en el sector
editorial fue un momento de intenso trabajo para muchos escritores que ahora
apenas comienzan a cosechar los frutos. Pienso en Ana Teresa Torres. Pienso
también en Oscar Marcano cuya prosa tiene la exactitud del escalpelo. Entonces comenzaron
a cristalizar sus voces aunque las editoriales no estaban para escucharlas. Y qué
voces son las suyas.
Solo quiero que
amanezca el volumen de relatos de Marcano en 1999 se ganó el ahora desaparecido
Premio Internacional Jorge Luis Borges acaba de reeditar Puntocero y va a
presentarse en el Festilectura. El libro vale la pena, aunque sea sólo por
revisar la división entre los veintitrés cuentos que lo conforman. Los primeros
once relatos se agrupan en la sección “Mester de Clerecía” y el resto lo hace
en “Mester de Golardía”. Aunque aún no me queda muy claro qué significa Golardía –Internet se empeña en emparentarlo con l neologismo “gallardía”, pero yo no
encuentro nada en los diccionarios sobre su fonética que pueda vincularlos– me
parece bastante claro que la primera parte se refiere a las historias sobre
aquellos que piensan y la segunda sobre historias de aquellos que hacen. Así el
tomo de Marcano es un microcosmos del mundo: los que piensan y los que hacen
dos contrarios que no siempre son irreconciliables (quizá como otras
contraposiciones: ustedes y nosotros, la una y la otra…)
martes, 10 de abril de 2012
Mises y Dulcineas
La (aparentemente inofensiva) obsesión nacional por los concursos de belleza y las mises que –a través de la televisión llega a molestar a las mujeres hasta en la comodidad de su hogar– puede leerse como una extensión
del mismo mito del héroe privilegiado en el imaginario colectivo de los venezolanos (con sus mesías, sus militares y, por supuesto, el nunca mejor ponderado Simón Bolívar junto a su cohorte de próceres) en el sentido de
que propone a la mujer bella, el arquetipo de doncella, como la compañía del valentón perpetuamente amotinado en nombre de una supuesta justicia que en este páis llamamos héroe. Si Venezuela es la patria de los hombres-Quijote ¿no le corresponde también
ser un país de dulcineas? Así que de alguna manera las mises (o las aspirantes a) también tienen pretenciones literarias: Y ¿qué mejor utopía de letras que Dulcinea, aunque para eso tengan que ponerse un par de implantes?
jueves, 5 de abril de 2012
Cine de escritor
Amanecí pensando en el fenómeno de la perdurabilidad. Anoche,
una cifra me acompañó a la cama: en 2006 se presentaron en el país 14 películas
venezolanas, el doble que el año anterior. Sin embargo, por más que trato,
cuando comienzo a contar directores de cine nacional, no paso de los dedos de
una mano, y eso porque a muchos los conozco personalmente. En el caso de la
literatura también ocurrió algo por el estilo. En un mercado agobiado por la
difícil adquisición de dólares preferenciales, las editoriales trasnacionales,
por fin, volcaron la mirada a los autores nacionales. Y comenzó lo que los
periodistas nos regodeamos en llamar el boom literario nacional. Y ahora me parece
que no era ningún boom. Cuatro años después pueden verse los resultados. No
tengo nada en contra de que se publiquen muchos libro y de que se estrenen
muchas películas, pero me pregunto ¿cuántas serán perdurables? En el caso de
los libros si hay (pocos) ejemplos notables en este sentido que ahora no voy a
enumerar, pero que quedarán allí. De esto, lo que verdaderamente me preocupa
son los creadores de una sola obra. Mucha de esa bonanza creativa de años
anteriores se refería a artistas emergentes que probaban suertes con la ópera prima. ¿Y después de la primera
obra qué? Justamente esa primera presentación a la sociedad debería servir para
despojarnos de pruritos y permitirnos continuar creando. Claro que sería una
estupidez pretender que alguien trabaje proponiéndose obras perdurables. Pero no
se puede hablar “autor” o de “cine de”, hasta que no proliferen las obras
individuales que atestigüen una visión particular de la realidad. ¿No les
parece? Por eso, creo que existe una gran diferencia entre los escritores y los
autores.
miércoles, 7 de marzo de 2012
La terrible Caracas
Los caraqueños le tenemos manía al adjetivo “terrible”. Lo usamos con desmesura o lo escondemos en sinónimos y eufemismos. Quizá esto se deba a que nuestras vidas son terribles (del latín terribilis), pero no necesariamente porque causen terror, sino porque son difíciles de tolerar. O quizá lo que causa terror y aquello que es difícil de tolerar son exactamente lo mismo. Nuestra eterna obsesión con el hampa y con el tráfico –las dos discursos más puramente caraqueños que conozco– hacen que vivir en Caracas sea doblemente terrible: que cause terror y que sea difícil de tolerar.
martes, 6 de marzo de 2012
El lugar de la literatura (Santiago Gamboa)
"¿Dónde está la obra literaria? No en el libro. El libro es un objeto formado por papel y tinta que en sí mismo no tiene nada de artístico. La obra literaria está cifrada en el libro, y existe, adquiere vida a través del lenguaje, en la imaginación del lector"
Santiago Gamboa, UDP Dossier
(Revista de la Facultad de Comunicación y Letras dela Universidad de Chile)
Santiago Gamboa, UDP Dossier
(Revista de la Facultad de Comunicación y Letras dela Universidad de Chile)
viernes, 10 de febrero de 2012
Mathilda, William y Mary
A través de una antigua amante suya, Maria Reveley, William Godwin recibió en 1820 el manuscrito de Mathilda para su publicación. Se trataba de una novela de Mary Shelley, en la que un padre enamorado de su hija se suicida causando el retiro y, finalmente, la muerte de la joven que se “creía manchada por el amor ilícito que había inspirado”. Godwin, uno de los pensadores liberales que más escándalos causó entre los siglos XVIII y XIX –antes de que la época Victoriana uniformara la moral inglesa–, se negó a sacarlo a la luz pública. El tema de la pasión entre padre e hija le pareció repugnante e insistía en que debía publicarse solo si incluía un prefacio en que se aclarara que la protagonista no había cometido incesto. Ninguna de sus críticas a la obra de su hija se conoció más que por biógrafos posteriores. El relato, por fin, llegó a las librerías en 1959 casi un siglo después de la muerte de su autora.
Las censuras de nuestra familia, a veces, son peores que las de nuestros críticos más execrables.
Las censuras de nuestra familia, a veces, son peores que las de nuestros críticos más execrables.
jueves, 9 de febrero de 2012
Empatía
Escribir nos hace mejores personas, porque nos obliga a establecer empatía con todos los seres que creamos, aunque sea con lo más abyectos.
martes, 7 de febrero de 2012
Vampiros y lobos
Pensándolo bien, me incomoda que hoy el animal con el que se le asocia al personaje literario que encarnan el conde Drácula y lord Ruthven sea el roedor volador al que llamamos vampiro, que aunque sea un chupa-sangre más o menos digno, tiene una imagen muy parecida al miserable murciélago come-frutas. Si me preguntan, creo que al única asociación coherente de los personajes literarios citados, en el margen de lo humano y lo sobrenatural, es el lobo. Pero ya Hollywood se aprovechó de la cercanía entre el licántropo y le vampiro para crear un nuevo estereotipo que imprimir sobre franelas y cachuchas: el del hombre lobo. Así, parece que tenemos que conformarnos con masticar aquellas ideas prefabricadas y asumir que, con toda su majestuosidad y su relación con la nobleza, este par de personajes, cuando desaparecen es porque se convierten en ese chiste con alas que atraviesa la noche.
sábado, 28 de enero de 2012
Editar y navegar en EEUU
Llama la atención que en el esquema editorial estadounidense lo que menos interesa es la literatura. A esta conclusión llega cualquiera que se pasea por la lista de materias que abarca cualquiera de los dos Master (M.A) en Edición más prestigiosos de ese país: el de la Universidad de Columbia y el de la de Nueva York. En ninguna de las dos se discute sobre géneros literarios; ni tan siquiera sobre las posibilidades mercantiles de las novelas, los cuentos o los ensayos.
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