Amanecí pensando en el fenómeno de la perdurabilidad. Anoche,
una cifra me acompañó a la cama: en 2006 se presentaron en el país 14 películas
venezolanas, el doble que el año anterior. Sin embargo, por más que trato,
cuando comienzo a contar directores de cine nacional, no paso de los dedos de
una mano, y eso porque a muchos los conozco personalmente. En el caso de la
literatura también ocurrió algo por el estilo. En un mercado agobiado por la
difícil adquisición de dólares preferenciales, las editoriales trasnacionales,
por fin, volcaron la mirada a los autores nacionales. Y comenzó lo que los
periodistas nos regodeamos en llamar el boom literario nacional. Y ahora me parece
que no era ningún boom. Cuatro años después pueden verse los resultados. No
tengo nada en contra de que se publiquen muchos libro y de que se estrenen
muchas películas, pero me pregunto ¿cuántas serán perdurables? En el caso de
los libros si hay (pocos) ejemplos notables en este sentido que ahora no voy a
enumerar, pero que quedarán allí. De esto, lo que verdaderamente me preocupa
son los creadores de una sola obra. Mucha de esa bonanza creativa de años
anteriores se refería a artistas emergentes que probaban suertes con la ópera prima. ¿Y después de la primera
obra qué? Justamente esa primera presentación a la sociedad debería servir para
despojarnos de pruritos y permitirnos continuar creando. Claro que sería una
estupidez pretender que alguien trabaje proponiéndose obras perdurables. Pero no
se puede hablar “autor” o de “cine de”, hasta que no proliferen las obras
individuales que atestigüen una visión particular de la realidad. ¿No les
parece? Por eso, creo que existe una gran diferencia entre los escritores y los
autores.
4 comentarios:
Habrá que dejar que el tiempo, como siempre, destile lo que va a quedar.
¡saludos!
Muy pertinente lo que dices, Michelle. En realidad lo que hubo fue un boom de trabajo editorial, que dio oportunidad a autores emergentes, y como dice Juan Carlos pues ya el proceso de destilación y decantación empezó. En poesía andan pasando cosas y hay mucha actividad no necesariamente editorial. Hay grupos y hay espacios donde la gente se está reuniendo a recitar y compartir lo que escribe. Hay muchos talleres también... quizás puedas explorar por allí a ver qué encuentras. Saludos.
Pedro Páramo, El Llano en Llamas, por citar un ejemplo, bastaron para un Juan Rulfo; razón le sobró a Monterroso para hacerlo pasar por zorro en sus cuentos breves, más breves que cualquier fama y sin embargo, levemente perdurables. Imagina la agonía en mercados aún más grandes. Pero, ¿qué buscamos obras u hombres?
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