Además de que la narrativa de Ednodio Quintero mezcla temas
y tratamientos japoneses como la ruptura de la unión familiar, la
incomunicación y la insularidad con sus propias obsesiones –los mundos
mitológicos, la soledad y las relaciones incestuosas– su aporte a la difusión
de la literatura japonesa es crucial no sólo paral os lectores venezolanos sino
para el resto de los habitantes de la patria de la Ñ.
El autor de Mariana y
los comanches ha dedicado alrededor de dos décadas a conocer la obra de
autores como el Premio Nóbel del año 1968, Yasunari Kawabata, al que describe
sutil y encantadora prosa o el “genial y controvertido” –como lo describe
Quintero– Yukio Mishima, conocido no sólo por su obra por hacerse sepukku en 1970, sino por que su obra es
central al canon japonés contemporáneo. Con su ayuda, la editorial catalana
Candaya publicó El mago, trece cuentos
japoneses de Ryunosuke Akutagawa, de quien Quintero –que es co-traductor
del tomo– celebra en el prólogo por su “la fluidez expresiva de su prosa, su
capacidad de generar emociones, su estilo inconfundible basado en la perfección
de la forma y su profundo conocimiento de lo humano”. Bienvenidas la literatura en kanji a nuestras costas: Gracias, Ednodio.