Play it as it lays (FSG
Books, 1970) de Joan Didion enseña una valiosa lección: que no es lo mismo ser
vulnerable que débil.
A falta de una edición española o latinoamericana de este
libro, propongo esta traducción de su título en castellano: “Déjalo ser”. Esta
es la frase, entre conformista e indiferente, que usamos los venezolanos para
dejar que las cosas pasen sin que influyamos en sus resultados. A esto hace
alusión la novela, un clásico en la obra de la periodista, ensayista y narradora
estadounidense, en donde Maria Wyet presencia como la crisis de su matrimonio
con el joven y pujante director cinematográfico, Carter Lang, se lleva por un despeñadero
su vida, sin que ella pueda hacer nada para detenerla.
María –“Mar-eye-ah”,
escribe en la auto-presentación del personaje la autora nacida en Sacramento
(California) – es una actriz mediocre de una treintena de años con una hija que
sufre de retardo mental y un esposo que no le pone atención y que para salvar
su matrimonio le impone un aborto. Cree que el no nato es fruto de la relación
de su esposa con el guionista Less Goodwin, pero puede ser de cualquiera –menos
Carter, que no la toca en las 214 páginas de la novela– porque la protagonista
encarna bien la libertad sexual de la década de los años sesenta.
“Esto es solo menstruación inducida”, le dice el medico que
le está practicando el aborto: “No es nada para tener dificultades emocionales.
Mejor que definitivamente no piense en esto. Generalmente la pena es mayor
cuando pensamos” (p. 82). El episodio marca profundamente a Maria y demuestra su
vulnerabilidad como mujer en plena época de lucha por los derechos civiles.
Pero Maria no es débil como su amigo, el supuestamente
progre BZ, que a pesar de que humilla constantemente a su mujer y tiene
frecuentes aventuras, mantiene su matrimonio con Helene porque su madre le paga
para ello. Ella es vulnerable, sí, porque es víctima: de Carter, de sus amigos
y del machismo de su tiempo así como de un entorno familiar y social lleno de
hipocresías ella se mantiene aferrada enfrentando su vida, aunque deba hacerlo
desde un sanatorio. Es a los débiles como BZ para quienes está reservada la
cobardía del suicidio. BZ que en su condición de hombre y de joven productor todo
lo tenía, no podía saber qué hacer para sentirse mejor: he allí la definición de
debilidad.
Un retrato soberbio de la década de los años sesenta, Play it as it lays es el aterrador
testimonio desde la ficción de una mujer carcomida por las circunstancias y el entramado
de hipocresías que le tocó vivir.
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