Dos mujeres en un bar
Lo importante de la anécdota de
dos mujeres que están sentadas en un bar no es el hombre sobre el que discuten.
Se llama Ramón y es un estudiante de Biología que no es la mejor pareja para
ninguna pero que, como los hombres están en extinción, es el motivo de este
relato. Lo importante es que quien establece el conflicto entre ellas es el
mesonero metiche que quiere ser escritor. Por eso, cuando una le dice a la otra
que Ramón es el hombre de su vida, el
mesonero sonríe de lado y pone atención. Como la otra suelta una carcajada, el
mesonero piensa en estereotipos. En esa frase estaban concentradas la esencia
de cada una: la suripanta y la mojigata; María Magdalena y María la Virgen. El
Nuevo Testamento contenido en dos mujeres. Claro que todo tiene sus matices,
pero esto es un cuento que luego va a escribir un hombre que se aburre
sirviendo cervezas en El León y no es menester demorarse para aclarar que a Esperanza
le enternece el candor de Perla ni que esta admira el desparpajo de su amiga.
Los personajes son sólo eso, personajes.
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