lunes, 4 de septiembre de 2017

El nombre de la tragedia

La contundencia de las imágenes y los relatos de la violencia en Venezuela a veces se recibe en la opinión pública de Europa con escepticismo. Así, mis compatriotas y yo sufrimos el segundo drama de representar lo indigno. El problema es que para eso echamos mano de un sistema de comparaciones con otras realidades violentas, del pasado o del presente, que pretenden familiarizar al extranjero con lo que para nosotros es trágicamente cotidiano. Y el contraste no nos favorece.

Los intelectuales tenemos el desafío de construir la nomenclatura específica que nombre la crisis venezolana sin apelar a los discursos sobre el totalitarismo nazi, la violencia de estado en el estalinismo o a las comparaciones con el populismo en Estados Unidos o Europa. En el centro de nuestra tragedia hay un gobierno totalitario que ejerce violencia de estado escondido en discursos populistas, pero no es el Tercer Reich ni la Unión Soviética, tampoco Estados Unidos. La búsqueda de la empatía a través de la comparación ha jugado en nuestra contra, aislándonos. En lo que no hemos podido nombrar se cifra nuestra tragedia.

1 comentario:

Unknown dijo...

Comparto plenamente esa opinión.Explicar lo que pasa en Venezuela es todo un reto.