¿Qué hubiera sido del proyecto
ilustrado si en Occidente se hubiera tomado el modelo de Eva y no el de Dante para
definir el trabajo intelectual?
Pienso que hubiera permitido
más pronto la inclusión de la mujer en la cultura como productora, en lugar de
esencializarla en el rol pasivo de la musa.
El pecado que Dios castigó en
Eva (y por el cual la condenó a “parir a sus hijos con dolor”) fue la soberbia.
Se trata del pecado fundamental para san Agustín tanto como para santo Tomás de
Aquino. Un vicio hacia el cual la naturaleza humana está inclinada
particularmente: querer ser como Dios, había
dicho la serpiente al lado del Árbol de la Sabiduría. Al morder la fruta de la
sabiduría, Eva cometió el mismo pecado que Luzbel, el ángel que quiso colocar su
trono más alto que el de Dios y terminó convirtiéndose en Lucifer. Por eso al ángel
que daba la luz más hermosa le
expulsaron del Reino y a la primera mujer del Paraíso. Querer parecerse al Él
fue gesto de altivez y vanagloria, pero como el motor de la soberbia fue la
búsqueda de la sabiduría, debemos concluir que Eva fue la primera intelectual
de la historia, porque mientras Adán se mostraba satisfecho con la vida
acomodaticia donde Dios los había colocado, ella buscaba entender. Escogió sabiduría sobre inmortalidad y prefiguró a
Fausto: el erudito que buscaba comprender las transformaciones de los elementos
y la alquimia de la vida eterna. ¿No es la tentación de Mefistófeles la misma
que la de la serpiente del Edén? ¿No es la búsqueda de Fausto una actualización
para la era del racionalismo del mismo viaje entre el Infierno y el Cielo de
Dante? ¿Por qué si Eva fue la primera investigadora de la raza humana vivimos
tantos siglos en el error de pensar que era sólo el hombre quien tenía derecho
a pensar el mundo?
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