Hoy comienza en la Plaza Francia de Altamira una de mis iniciativas favoritas: el Festival de la Lectura de Chacao. Durante diez días ensayamos en un espacio caraqueño cómo sería este país si la divisa fuera leer. Ahora que está tan de moda preguntar la estupidez de si el libro electrónico va a desplazar al digital, no puedo evitar pensar que si finalmente todos los libros se convirtieran en pulpa de papel y a la gente dejara de importarles quiénes son Cervantes, Hugo o Woolf, quedaría el ánimo de gente como los que hacen hoy festiletura. Tesón y dedicación como la de ellos salvará la literatura del espectro de la farandulización de la cultura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario