domingo, 26 de agosto de 2012

El ADN Sentimental

Dice Andrés Barba: "Nuestra posición en una familia muestra nuestra posición en el mundo. La herencia de ciertas inquietudes o descalabros sentimentales de nuestros padres determina nuestra posibilidad de triunfar o fracasar sentimentalmente". Agrega luego que la mirada de la familia está sobre nosotros desde que estamos en el mundo y la describe como un "testigo judicativo" de todo lo que hacemos en la vida. Y a mi me parece que pocas personas han podido expresar tan certeramente lo mismo que yo pienso. Quizá sea por eso que Barba diga que le es más facil hablar dela sentimentalidad femenina que de la masculina.

martes, 21 de agosto de 2012

La Libreta de Abad y la mía


En la más reciente celebración de la Feria del Libro de Carabobo, que me parece que fue a finales de octubre del año pasado, Héctor Abad Faciolince perdió su libreta de anotaciones. Yo me la imaginé como una Moleskine negra, del tamaño de la palma de su mano extendida, con hojas blancas –es decir: sin líneas, porque me parece la pequeña letra de molde del autor de Medellín se mantiene derecha sin más indicaciones–. “Michelle, puedes creer que la boté: la dejé en un taxi, junto con unos libros. Los títulos ya los compraré, pero la libreta... ¡La libreta!”, me dijo. Y, de repente, aquellos ojos claros, enormes.
Yo, que lo había esperado más de una hora para hacerle una entrevista –y no quiero que esto se lea como reclamo, porque fue un placer–, lo miré haciéndome la circunspecta y fui incapaz de hacer empatía con su desgracia. Es decir: Sí, me daba pena, pero las palabras de Héctor me traspasaban sin herirme. Y eso que me dijo varias veces que tenía sus anotaciones de los viajes que había hecho esas semanas y de los últimos libros que había leído. Para tomar esas notas, ni que volviera a viajar ni que leyera lo mismo.
Pero ahora he perdido yo mi libreta. Sólo tenía allí anotadas tres ideas para cuentos, unas notas para una entrevista con Ana Teresa Torres y un bosquejo del tema para un libro que alguna vez me encantaría escribir.
Ahora, como tampoco aparece mi pequeña libreta de una línea con la imagen del David de Miguelángel en la portada. Me acuerdo de la cara de Héctor. ¿Será que la dejé en un taxi? ¿De qué se trataban esas notas para cuentos? ¿De qué género era aquél libro que quería escribir?
Y la exclamación de Héctor en mi memoria: “¡La libreta!” Y yo, ahora, tan tarde que sí aprendí a hacer empatía.

sábado, 18 de agosto de 2012

El precio de la fama periodística


 Fareed Zakaria cayó en desgracia. Y volvió a levantarse. Así opera el sistema de la fama televisiva, que trata por igual a Lady Gaga que a uno de los periodistas más eruditos de la TV estadounidense.
El conductor del programa bandera de CNN sobre asuntos de política internacional (GPS en CNN), quien también posee una columna en la revista Time (y es considerado Editor-at-Large de esa revista o colaborador estrella) y columnista del Washington Post fue suspendido de CNN y Time medios el viernes por tomar párrafos de un ensayo del New Yorker para su más reciente columna en Time. Una versión de esa columna sobre el control de armas fue publicada en el sitio de Internet de CNN. Zakaria se disculpó, argumentando que había cometido un “terrible error”.
Los detractores del periodista Indo-Americano no tardaron en aparecer. Según el Washington Post Zakaria tampoco indicó en The Post-American World (2008) que había tomado una cita de otro libro. Pero el periódico pronto declaró que se había equivocado: dijo que tras una inspección detallada, notó que Zakaria citó efectivamente a la fuente y que el reportaje del Post no debió publicarse. “Lamentamos el error y nos disculpamos con el señor Zakaria”, publicó.
Si bien recientemente, tanto CNN y Time levantaron la sanción, la rapidez con la que los medios de la competencia condenaron al periodista especializado en el análisis de la política internacional, queda en evidencia que hasta los periodistas más eruditos están sometidos a la dictadura de la popularidad.
CNN y Time señalaron haber revisado su decisión del viernes y que llegaron a la conclusión de que el reciente fue un “lapsus” periodístico” de Zakaria, piensan que fue un incidente aislado. GPS regresará al aire el 26 de agosto y la columna de Zakaria en la Time aparecerá en la revista del 7 de septiembre.
Creo que lo que le ocurrió a Zakaria debería ser una lección para todos los periodistas de lo frágil que es la popularidad de los medios de comunicación, en donde nadie, por desgracia,  es imprescindible.

jueves, 16 de agosto de 2012

El peso de dulcificar la barbarie


Desde que la mujer apareció como tema literario en los cantares de gesta del medioevo y –un poco después– en las novelas de caballería, no se la vio sino como instrumento de “dulcificación”. ¿De qué otra cosa podría burlarse, si no, Miguel de Cervantes con la díada Aldonza Lorenzo / Dulcinea del Toboso?
Conforme la humanidad fue avanzando hacia el Siglo de las Luces y los hombres se alejaron del salvaje arte de pelearse por sus reyes en los bosques y comenzaron a discutir sobre “legalidad” y “derechos” en los salones, la mujer se convirtió en la herramienta para civilizar a quien era considerado el sexo fuerte –porque por cada débil hay un fuerte, de la misma manera que por cada pobre hay un rico–. De eso se trata el amor gentil, de buscar una mujer pura por esposa. Una capaz de construir, desde el fuero íntimo del hogar, la necesidad del refinamiento. Las cimientes del proyecto moderno están enterradas en el vientre de la doncella.
Pero también por cada doncella hay su puta. La contraparte de la hermosa joven casta es la bruja untosa y sucia en el plano mundano, la misma que, en el plano mental, representaba la lujuria y los instintos salvajes. La bruja, al mostrar las ansiedades de los hombres de su época, se convierte en la representación más coherente de la visión de la mujer que existía en aquella época constreñida en la cosmovisión católica, según la cual estaba torcida, como la costilla de Adán de la cual nació (Esta idea de “retorcimiento” vieme del libro El Martillo de Las Brujas (Malleus Malefic Arum), por medio del cual se persiguió y quemó a millones de supuestas hechiceras a lo largo de los siglos.
Los cuentos de hadas con los que se van configurando las mentalidades de las niñas desde mediados del siglo XIX reeditan constantemente la dicotomía doncella/bruja, sin reparar en las ideas que realmente subyacen sobre estas visiones de la mujer enfrentadas: la pura, convertida en herramienta de socialización del hombre versus la convertida en “impura” por no encajar en la sociedad construida por la racionalidad.

martes, 14 de agosto de 2012

Atropellar a un poeta.

Todas las mañanas siento que voy a arrollar a alguno. Obsesionada como ando por la vida por el correr indetenible del tiempo, con las fechas de entrega, con los horarios invertidos no hay un solo día de mi existencia en el que no sienta que voy a derribar a un poeta para abrirme paso. No lo hago a propósito. A veces imagino que hay uno, parado en la esquina de la primera avenida y la primera trasversal, contemplando de lejos la cursi carajita de Wendy’s, con sus crinejas rojas y su sonrisa anacrónica, preguntándose… algo. Como un bólido sin carro, aparezco en la otra esquina, cartera en mano y zapatos nunca lo suficiente altos, exhibiendo un ritmo al caminar que solo acelera, sino que no cesa. Y, claro, paso precipitadamente exactamente sobre su pie derecho:
– Disculpe usted, diría, mientras el otro me mira con desdén. Aquel observa mi apariencia pedestre de periodista da un suspiro corto y vuelve a sumergirse en sus ideas de eternidad.
En honor a la verdad, tampoco me he llevado nuca por delante a ningún poeta. Es solo que tengo miedo de hacerlo. Y es que la cotidianidad es la manera menos evidente pero más certera de acabar con la contemplación.