lunes, 27 de mayo de 2013

Ednodio Quintero: Con Japón en el corazón


Además de que la narrativa de Ednodio Quintero mezcla temas y tratamientos japoneses como la ruptura de la unión familiar, la incomunicación y la insularidad con sus propias obsesiones –los mundos mitológicos, la soledad y las relaciones incestuosas– su aporte a la difusión de la literatura japonesa es crucial no sólo paral os lectores venezolanos sino para el resto de los habitantes de la patria de la Ñ.
El autor de Mariana y los comanches ha dedicado alrededor de dos décadas a conocer la obra de autores como el Premio Nóbel del año 1968, Yasunari Kawabata, al que describe sutil y encantadora prosa o el “genial y controvertido” –como lo describe Quintero– Yukio Mishima, conocido no sólo por su obra por hacerse sepukku en 1970, sino por que su obra es central al canon japonés contemporáneo. Con su ayuda, la editorial catalana Candaya publicó El mago, trece cuentos japoneses de Ryunosuke Akutagawa, de quien Quintero –que es co-traductor del tomo– celebra en el prólogo por su “la fluidez expresiva de su prosa, su capacidad de generar emociones, su estilo inconfundible basado en la perfección de la forma y su profundo conocimiento de lo humano”. Bienvenidas la literatura en kanji a nuestras costas: Gracias, Ednodio.

miércoles, 22 de mayo de 2013

La luz, los poetas y la noche


 Me gusta hablar con los poetas porque tienen la vida a flor de piel. Por su puesto que hay muchos gatos que tienen pinta de tigres y el territorio de las metáforas no es la excepción, pero cuando tengo la suerte de conseguirme alguien que comprende la búsqueda de lo que Cadenas denominó las “certitudes aterradoras”, me siento privilegiada. Entiendo entonces por qué siento que cada día sobre la tierra es una carga: porque eso me ayuda a cavar una ventana mínima en la realidad para ver a los demás y comprender que hay otros tan insomnes como yo que abrevan sus inquietudes en palabras. Y cuando los seres de la noche se encuentran siempre hay claridad. Enhorabuena.

jueves, 9 de mayo de 2013

Esa trivialidad llamada anécdota


Con tantos escritores pensando en la Literatura con mayúscula, el sencillo y poco pretencioso atributo de la anécdota ha caído en desuso. Así las novelas se llenan de metáforas rimbombantes y voces “narrativas” de lenguaje florido ensartan imágenes una tras otra que causan en los lectores la ansiedad de tener que parecer inteligentes incluso durante el íntimo y solitario acto de la lectura. A mi me parece un insulto como lectora que un autor menosprecie la anécdota, porque es de contar anécdotas que se originó el oficio y el arte de escribir. Eran narraciones de eventos que la tribu quería conocer. Me parece que las historias sin anécdotas son tan vacías como el sexo sin ganas.

Esa trivialidad llamada anécdota


Con tantos escritores pensando en la Literatura con mayúscula, el sencillo y poco pretencioso atributo de la anécdota ha caído en desuso. Así las novelas se llenan de metáforas rimbombantes y voces “narrativas” de lenguaje florido ensartan imágenes una tras otra que causan en los lectores la ansiedad de tener que parecer inteligentes incluso durante el íntimo y solitario acto de la lectura. A mi me parece un insulto como lectora que un autor menosprecie la anécdota, porque es de contar anécdotas que se originó el oficio y el arte de escribir. Eran narraciones de eventos que la tribu quería conocer. Me parece que las historias sin anécdotas son tan vacías como el sexo sin ganas.

viernes, 3 de mayo de 2013

Trayéndolo todo a Venezuela


Creo que es un acierto que el sello Puntocero presente mañana una edición de Trayéndolo todo a casa, una antología de los cuentos escritos entre 1999 y 2010 por el argentino Patricio Pron. El autor nacido en Rosario e 1975 es uno de los elegidos por la revista Granta en 2010 entre los mejores narradores encastellano de su generación. Si bien en su momento critiqué el ánimo bombástico de esta antología, creo que ese tipo de selecciones son útiles para determinar a qué escritores no debemos perderle la pista en la próxima década. Los veinte cuentos que están compilados en el título “giran en torno a situaciones extraordinarias,todas ellas atravesadas por personajes que observan con extrañeza cómo larealidad se va deformando a su paso”, pero la característica que yo creo más profunda es que dejan al lector con la sensación de haber asistido a un mundo por el que pululan personalidades aisladas y humanidades heridas por las malas intenciones. Este es un universo en el que Pron parece moverse bien y es una certeza que ciertamente guía sus proyecto literarios.