domingo, 29 de mayo de 2011

El espejo y la consciencia

Si la consciencia, como la define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es la “capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento”, el espejo, que enfrenta al ser humano con su propia copia, es la imagen más evidente y trágica del reconocimiento, porque ese artefacto deja en evidencia lo que antes de su existencia era imposible de conocer sino a través de abstracciones: cómo se ve nuestra propia imagen en realidad.

martes, 24 de mayo de 2011

Quinta Festirecomendación: El país en el espejo de su literatura

El país en el espejo de su literatura

Varios Autores

Fundación Herrera Luque

Esta es, claro, una recomendación insólita. Pero como mi blog es el lugar para ser políticamente incorrecta acá voy. Creo que es importante este libro editado --de forma bastante rústica, por cierto-- por la Fundación Francisco Herrera Luque, El país en el espejo de su literatura (2006), porque habla de los temas importantes de la literatura venezolana antes de la soberbia antología de textos académicos Nación y literatura (Equinoccio, 2008) y logra un interesante abanico de aportes a la discusión. Además contiene reflexiones inéditas de autores cruciales de nuestras letras ya fenecidos: Denzil Romero y Salvador Garmendia. Me interesa especialmente la sección de ensayos sobre la política y la novela en el contexto de la sociedad venezolana. Creo que no tiene pérdida.

lunes, 23 de mayo de 2011

Cuarta Festirecomendación: No será la tierra

No será la tierra

Jorge Volpi

Editorial Alfaguara

Cierto que la novela tampoco es una novedad, pero como en el Festilectura no hay muchas novedades como pocas veces tiene uno de reseñar libros que se escribieron antes de que uno fuera “reseñador” yo voy a aprovechar de escribirla acá como mi “cuarta festirecomendación”. No será la tierra (2006) es la novela con la que Volpi cierra su “trilogía de la Tierra” –que arrancó con En busca de Klingsor—. Allí narra las grandes transformaciones del siglo XX desde la perspectiva de la bióloga soviética Irina Gránina, la funcionaria del FMI Jennifer Moore y la ingeniera en informática Éva Halász. Y logra lo que hacen pocos autores varones: una retrato de la feminidad sin caer en tontas sensiblerías. Ninguna una sola palabra se pierde en esta novela monumental.

sábado, 21 de mayo de 2011

Tercera Festirecomendación: Nadie se roba los columpios

Mejores Relatos: Nadie se roba los columpios

Autor: Fabio Morábito

Prefacio y compilación: Eugenio Montejo

Editorial: Bid & Co.

Año: 2007

Durante todo el tiempo que duró mi lectura de las 117 páginas que conforman esta colección de cuentos me la pasé preguntándome por qué Eugenio Montejo había titulado Nadie se roba los columpios a esta colección de los mejores relatos de Fabio Morábito. Y luego recordé el poema “Los columpios” del autor mexicano (nacido en Alejandría de padres italianos) y pensé en esa hermosa metáfora para hablar de las generaciones: generaciones de habitantes, generaciones de cuentos, genraciones literarias...

Me parece importnte la edición de esta colección para el mercado venezolano una de las más importantes plumas del relato breve moderno. Los doce cuentos, cuyas anécdotas insólitas referidas con sobria naturalidad me recuerdan a ciertas travesuras narrativas de Cortázar. Además, el tomo tiene la gracia de unir a Montejo y Morábito.

“Quizá Morábito pertenezca a esa rara estirpe de narradores que suelen escribir una historia para indagar cómo finalmente han ocurrido las cosas. Llegamos a creer que no pocas veces termine por ser el primer sorprendido”, escribe el poeta venezolano en el prólogo. Su palabra, como siempre es más que certera.

El por qué de los columpios

Los columpios

De: Fabio Morábito

Los columpios no son noticia,
son simples como un hueso
o como un horizonte,
funcionan con un cuerpo
y su manutención estriba
en una mano de pintura
cada tanto,
cada generación los pinta
de un color distinto
(para realzar su infancia)
pero los deja como son,
no se investigan nuevas formas
de columpios,
no hay competencias de columpios,
no se dan clases de columpio,
nadie se roba los columpios,
la radio no transmite rechinidos
de columpios,
cada generación los pinta
de un color distinto
para acordarse de ellos,
ellos que inician a los niños
en los paréntesis,
en la melancolía,
en la inutilidad de los esfuerzos
para ser distintos,
donde los niños queman
sus reservas de imposible,
sus últimas metamorfosis,
hasta que un día, sin una gota
de humedad, se bajan
del columpio
hacia sí mismos,
hacia su nombre propio
y verdadero, hacia
su muerte todavía lejana.



De: Lunes todo el año

Haz clic acá para oír a Morábito recitando este poema


viernes, 20 de mayo de 2011

Segunda Festirecomendación: Viudas, sirenas y libertinos

Viudas, sirenas y libertinos

Miguel Gomes

Editorial Equinoccio, 2008


Un pendón en el stand de Equinoccio en el Festilectura hace homenaje a Miguel Gómes, uno de los pocos autores nacionales en quien puede apreciarse de forma prístina la dicotomía especial entre el ensayo serio y el relato libérrimo, tal como lo confirman dos obras suyas como la investigación La realidad y el valor estético: configuraciones del poder en el ensayo hispanoamericano (2009) y la colección de relatos Viudas, sirenas y libertinos (2008) para confirmar la solvencia del escritor venezolano de origen portugués quien, aunque vive en Estados Unidos, donde trabaja como profesor universitario, aún no se separa del país: “ Me siento arraigado a la literatura venezolana, porque se me hizo consciente mi vocación allá. El día que me prohíban leer literatura venezolana y escribir empezaré a sentirme auténticamente exiliado”.

Viudas, sirenas… es una buena excusa para entrar al mundo de las academias a través de sus puntos menos evidentes: el erotismo.

jueves, 19 de mayo de 2011

Festirecomendación: La favorita del señor

La favorita del señor

Ana Teresa Torres

Editorial Alfa: Reedición

En esta novela erótica que quedó de finalista en 1993 en el Premio la Sonrisa Vertical --concurso que para la fecha organizaba Tusquets--, Torres muestra un erotismo elegante y exótico que pasa por todas las formas de placer carnal con la facilidad que solo otorga la veteranía narrativa y el autoconocimiento. En esta historia sobre el viaje que emprende Asia desde su infancia en un harem hasta los castillos medievales y, finalmente, una aldea cerca del mar, la autora comparte con Anais Nïn, una característica que tienen pocas escritoras: una narración amena que crea atmósferas partir de las acciones.


AQUI VA MI PRIMERA Festirecomendación (como abreboca del “El libro del mes”)

Libertad para LEER

Hoy comienza en la Plaza Francia de Altamira una de mis iniciativas favoritas: el Festival de la Lectura de Chacao. Durante diez días ensayamos en un espacio caraqueño cómo sería este país si la divisa fuera leer. Ahora que está tan de moda preguntar la estupidez de si el libro electrónico va a desplazar al digital, no puedo evitar pensar que si finalmente todos los libros se convirtieran en pulpa de papel y a la gente dejara de importarles quiénes son Cervantes, Hugo o Woolf, quedaría el ánimo de gente como los que hacen hoy festiletura. Tesón y dedicación como la de ellos salvará la literatura del espectro de la farandulización de la cultura.

sábado, 7 de mayo de 2011

Política Latinoamericana: Silencio y ruido.

En la más reciente novela de Alejandro Zambra se lee:

“En cuanto a Pinochet, para mí era un personaje de la televisión que conducía un programa sin horario fijo, y lo odiaba por eso, por las aburridas cadenas nacionales que interrumpían la programación en las mejores partes. Tiempo después lo odié por hijo de puta, por asesino, pero entonces lo odiaba por esos intempestivos shows que papá miraba sin decir palabra, sin regalar más gestos que una piteada más intensa al cigarro que levaba siempre cosido a la boca”, y me produce escalofríos que algún niño venezolano escriba algo así en el futuro.

Cuando el autor chileno me repite que las heridas de la dictadura nunca van a curarse y que resiente el apuro de algunos por callar el pasado, olvidándolo, yo pienso en Venezuela, cuyas arbitrariedades políticas están llenas de ruido. Cuando las generaciones del futuro hablen de este momento recordarán a todos los actores sociales gritando a la vez. Pero todo aquél escándalo causa un efecto similar al de las silenciosas dictaduras sureñas del pasado: la división y la ansiedad.

martes, 3 de mayo de 2011