No tiene porqué gustarme el discurso de un Premio FIL de Lenguas Romance. Este mundo es libre. Si lloré con el de Rafael Cadenas en 2009 y me sentí empoderada en mi feminidad con el de Margo Glantz en 2010, el que ababa de dar Fernando Vallejo me pareció más de lo mismo.
De lo mismo que se ha vuelto Fernando Vallejo: una caricatura de un hombre que repite a sí mismo más allá de la saciedad. Más allá del amor a los animales, su odio a los políticos latinoamericanos y su animadversión contra a la Iglesia Católica no hay nada más en Vallejo. Lo que si le gusta de el a mis colegas periodistas es que cada vez que habla da un titular de prensa. Eso es porque es contundente, nada más. En todo caso, sólo encuentro algo que puede rescatarse del discurso que dio en la apertura de la XXV FIL Guadalajara y se refería a las elecciones presidenciales de México del próximo primero de julio: “Escoger a uno malo para evitar uno peor es inmoral”. Me hizo pensar también en las elecciones venezolanas. A veces algunos escritores contundentes se ponen universales.
Más allá de eso... pura polémica por la polémica misma.
Por cierto, ya llegué a la FIL Guadalajara y desde acá contaré lo que me parece interesante, que no necesariamente aparecerá enningún medio. Las opiniones expresadas en este espacio son mías, profunda y repulsivamente mías. Así que me abro un espacio para la libertad.
Si a la gente le encanta Vallejo por que dice (y repite) (y repite) lo que piensa, ¿por qué voy a guardarme mis opiniones d leo que veo?
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