Como desde las cinco d ela mañana estoy trabajando en un primer libro que me parece que no va a salir nunca, la cita de Fabio Morábito en la revista Letras Libres (octubre, 2006) que reproduzco a continuación me pegó como un bate:
"Italo Calvino decía que el libro más auténtico de un autor es el primero, que a menudo no es su mejor libro, pero es aquel que lo refleja más profundamente, porque obedece a un impulso genuino de expresión que en los siguientes libros se irá atenuando, sustituido por el oficio y la costumbre. Antes del primer libro no hay nada. Sobre todo, no hay otro libro que, con su presencia, determine el carácter de los libros que habrán de seguirle. Es por eso, agregaría yo, que el primer libro es el que corre más riesgo de ser el último, porque en todo primer libro late el deseo de decirlo todo y luego callarse. Los siguientes libros son la prueba del fracaso del primero, pero también la explicación de ese fracaso. Así, fracasando, es como un escritor se conoce a sí mismo y se da a conocer. El autor de un único libro será siempre un acertijo, un ser inclasificable. Su libro lo retrata profundamente, tan profundamente, que sólo a través de sus libros siguientes, que amortiguan ese resplandor inicial, logramos hacernos una idea de su singularidad".
Su palabra vaya por delante y su sino me permita cerrar mi tormento.
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