martes, 18 de enero de 2011

Warhol y la impermanencia

En agosto de 1962, Andy Warhol comenzó a hacer pinturas seriadas sobre íconos de la cultura popular estadounidense, procedimiento que aprendió a partir de los fotomatones en las estaciones ubicados tren, que hacen una serie de fotografías separadas por milésimas de segundos, a lo Amélie. Pronto, en su taller conocido como La Factoría (47street East, NY) comenzó a experimentar con la misma técnica sobre de 16 mm y a las producciones resultantes las denominó stillies, o “quietitos”: fueron horas de grandes personalidades de la ciudad de Nueva York filmadas, casi sin moverse. . El resultado demuestra que si uno se queda viendo a cualquier persona por mucho tiempo, siempre podrá encontrarle alguna vulnerabilidad.

1 comentario:

Unknown dijo...

Creo que la principal vulnerabilidad es voltear la mirada toda vez que te quedes observando a esa persona por mucho tiempo.
Saludos, Michi!